Creando un ambiente de confianza con el joven a través de escucha activa, preguntas abiertas, feedback y estableciendo objetivos y metas, el coach acompaña al joven en su proceso de vida para el desarrollo sus habilidades personales, profesionales y emocionales, siendo protagonista de su propio futuro.
Esta disciplina favorece la reflexión personal y son ellos mismos los que aprenden a conocerse y plantearse que quieren hacer con su futuro. Son agentes de cambio, toman sus propias decisiones ayudados por el Coach el cual les empodera hacia una autonomía e independencia para gestionar sus propias vidas.
“Sembrando en ellos podemos conseguir que sean actores de cambio”